viernes, 29 de enero de 2010

Sanvean

"Camino de ronda." Jose María Micó

Barrio las eras

VII

Salgo al camino que conduce al campo.
El agua forma nudos,
la tierra se confunde con el fuergo,
el fuego busca el aire
y el aire, empedernido,
ya no rompe el silencio.
Todas las cosas que el azar a tientas
puso en mi mano
están sobre el camino.
No sé si habrá vencejo que las una
ni si traerá esperanza
tu sombra erguida entre los cipresales.

Ante otras verdades





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miércoles, 20 de enero de 2010

Frigopoesia

En navidad nos hicieron este agradable regalo y practicamos casi a diário, dejándonos mensajes, sabiéndonos receptivos.

miércoles, 13 de enero de 2010

LIBRO TESTIMONIO



Os recomiendo con amor este testimonio.
"Goundi. Unas vacaciones diferentes." de Isabel Rodríguez Vila. Plataforma Editorial

Es admirable ver la lucha de la gente para ayudar a otra gente, saber un poco más del mundo de la cooperación, sus problemas, sus retos, sus avances.
Admirable y triste, sencillo y sincero, esperanzador...

lunes, 11 de enero de 2010

jueves, 7 de enero de 2010

Dos mil diez

En el camino de arena de la vida
decidimos los pasos que damos.

Inspiramos descalzos el aroma de luz
en las miradas de nuestros gestos
el abrazo del Sol en cada sonrisa.

En el transcurso de un simple beso
llueven cartas no escritas
regalos aun por abrir
llueve la manera que tenemos de silenciarnos
la necesidad de la planta, la sed del mundo.

En la cueva de nuestras emociones
siempre arde una hoguera.
Alguien frota sus manos con las de otros
y el fuego del abastecernos
dibuja sobre las paredes esferas perfectas,
mares en calma, niños jugando.

Sobre la piel de nuestra historia
no hay espada que no corte
ni herida del todo transparente.
Cada canción que nos atraviesa
es enjambre y riesgo
picadura que será miel
dulce alimento en nuestros labios...

Si sabemos de la espera
si en el esfuerzo creamos
y nos dejamos SER

Si creemos en la luminosa fuerza
de tanto corazón en tantos corazones
y abrazamos con sentido los errores
la niebla o el dolor
para comprendernos y contagiarnos
con la magia de notar
en las plantas de los pies
la ardiente arena
de este camino llamado VIDA.

martes, 5 de enero de 2010

Pa llegar a tu lado. In memoriam

Lhasa de Sela . Lágrimas para una musa



Estaba fregando los platos antes de hacer la comida, escuchando como siempre de 14 a 15 h "Carne Cruda", uno de los fantásticos programas de Radio3, cuando Javier Gallego ( Crudo), ha dado la notícia. No me lo podía creer. Ha puesto una canción de The Living Road y me he puesto a llorar como un niño. Mis lágrimas se mezclaban con el agua caliente y el jabón y la cocina respiraba sus desgarradoras letras.

Lhasa era para mí una de mis mujeres, influencia y personalidad, poesía y tristeza, oscuridad y fuerza.
Interpretaba desde dentro con pasión, era simpática y habladora en concierto y sus canciones eran mundos preciosos y sinceros.

¡¡Te hecharé de menos y mil gracias por lo que me has regalado durante estos años!!


Noticia en El Pais:
Se llamaba como la capital del Tíbet. El nombre de Lhasa se le ocurrió a su madre cuando la pequeña había cumplido ya cinco meses: mientras leía el Libro tibetano de la vida y la muerte pensó que era el idóneo para aquel bebé muy sonriente y con los ojos algo rasgados.

La cantante y compositora falleció el 1 de enero en su casa de Montreal, a consecuencia de un cáncer. Tenía sólo 37 años. Hija de un profesor y escritor mexicano y de una fotógrafa estadounidense, Lhasa de Sela pasó su infancia recorriendo carreteras de México y Estados Unidos en un viejo autobús escolar convertido en el hogar de dos adultos, cuatro niñas, tres gatos, un loro, dos tortugas y un perro. Sin televisión. Ni electricidad ni agua corriente ni teléfono. Las pequeñas leían todo el tiempo y por la noche organizaban espectáculos.

Lhasa nació cerca de Woodstock (Nueva York), en 1972, y vivía desde los 19 años en Montreal (Canadá), donde llegó para estar con sus tres hermanas, que estudiaban en una escuela circense. Ya había despertado el interés de los medios musicales con su premiado disco La llorona (1997), al que seguirían The living road (2003) y Lhasa (2009), tras pasar un año en el sur de Francia en el pequeño circo en el que trabajaban sus hermanas, una como payaso; otra, funambulista, y la tercera, contorsionista y acróbata.

Creció escuchando a Violeta Parra, Chavela Vargas, Billie Holiday, Amália Rodrigues, Maria Callas... Siempre le atrajo la música triste, confesaba. El crítico británico Charlie Gillett comentó que, de haber tenido Nico y Leonard Cohen una niña en la década de los setenta, hubiera sido Lhasa.

En Montreal, acompañada por el guitarrista y productor Yves Desrosiers, Lhasa actuó durante cinco años en bares como Le Quai des Brumes o Les Bobards. Lugares ruidosos en los que cantaba con las manos en los bolsillos y los ojos cerrados para un público que bebía y hablaba. Lo explicó en una entrevista para EL PAÍS: "Me dije que no podía enojarme con ellos porque no tenían obligación de escucharme. Era yo quien tenía que hacer que quisieran escucharme de verdad y no por cortesía".

Según ella, cada canción surgía de una chispa y ya venía en un idioma determinado: español, inglés -las lenguas de mamá y papá- o el francés de la ciudad que la acogió. Sus composiciones se escuchan en la película de John Sayles Casa de los Babys, el documental de Madonna o la serie Los Soprano, y suenan a chanson francesa, folk norteamericano, blues, ranchera... Escribía frases como "tuve que quemarme p'a llegar a tu lado" y contaba en sus conciertos la historia de su abuelo libanés, que se escondió en un barco con destino a Marsella para huir de un padre que no lo quería. De La confesión ("Me siento culpable porque tengo la costumbre") aseguraba que tardó meses en comprender que se trataba de una fantástica explicación sobre la culpabilidad y cómo librarse de ese terrible sentimiento. Y Lhasa no quería sentirse culpable nunca más.

Mi NIÑA