" Y cuando el fuego humilde ilumine o refleje la energía que somos
y en sus llamas lo que nos silenciamos y podemos arder.
Y cuando el paisaje nos abrace sin pedir nada a cambio
y ante sus ojos que no ven, que no juzgan,
la eternidad se nos otorgue
y en sus brazos nos dejemos ser.
Y cuando asimilando una planta
su sinceridad nos compense,
y las nubes, sabias ancianas o nuevas diosas
tracen con sus dibujos nuestro perfil.
El silencio del crecer
y el presente de su belleza en nuestro palpitar
nos mostrarán lo universal y simple que es la vida en nosotros,
que somos nosotros en ella."
martes, 9 de febrero de 2010
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