miércoles, 22 de agosto de 2012

XLI

Sangre.

Grito de tu abandonado cuerpo,
castigado poema.

Arrugado papel
que el gen vuelve a lanzar a la basura.

Repetitivo encuentro con el padre
con la madre culpa
con el cerrado paisaje
de una acción
que ahogada pesa.

Sangre.

Un escenario conciso
de grandes fisuras.

Levaduras de silencios
que al desconcierto aumenta.

Sangre.

Como hienas hambrientas
las frases se lanzan,
fieras de la inconsciente costumbre
al cuello del corazón.

Nos movemos,
idénticas máscaras
sobre un descorchado escenario
y el pasado es el arma
que al presente
lentamente degolla.

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