Limpiemos lo que no nos gusta de nosotros mismos. Indaguemos y despertemos, dejemos de comparar y juzgar ya que nada de esto puede darnos una satisfacción real. Frotemos constantemente el cristal que creíamos nuestro hasta que la transpariencia sea lo real.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario