Una aspiradora se traga una rosa a las nueve de la mañana,
un bebé gorrión, aun ciego, respira milagrosamente entre mis manos.
Las migas de pan que intento llevar a su boca dudan, se endurecen, saben de su poder...
Dos liebres, caricias al perro, el café escribiendo una carta, el pantano guiñándome un ojo...
Servir desayuno a clientes y dejar algún libro, opinar un poco sobre el cambio...
Un amigo nuevo y música, mucha música, de un mundo a otro, megas en emociones que se unen...
Comida popular en el pueblo de abajo, ordeñador y yoga, cena y trabajo...
Claverol un sábado.
sábado, 5 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario